La terapia asistida por animales o AAT es un tipo de estrategia de asistencia sanitaria que implica la interacción entre un paciente y un animal, a menudo un animal doméstico, como parte del proceso de tratamiento. El concepto general detrás de este tipo de terapia es que los seres humanos y algunos animales pueden conectar y establecer un vínculo emocional y mental, para satisfacer al ser humano que se está recuperando de algún tipo de trauma médico, o que está aprendiendo a vivir con una discapacidad. A medida que el proceso de unión continúa, la relación entre los humanos y los animales ayuda a crear un estado psicológico positivo, que a su vez ayuda en la recuperación de las habilidades motoras perdidas, el vocabulario, y una serie de otras herramientas que se utilizan en la comunicación.

Uno de los ejemplos más comunes de la terapia asistida con animales implica el uso de perros y gatos para animar a los pacientes que están en cama en un centro de salud, un hogar de ancianos u hospital. Las mascotas son examinadas, seleccionadas y entrenadas por adelantado antes de que se les permita interactuar con cualquier paciente. Sólo los pacientes receptivos a la idea de la terapia asistida por animales reciben la visita de los animales. A menudo, los formadores permanecen cerca durante la terapia, aunque la presencia de un entrenador puede ser disminuida si se desarrolla un vínculo entre el paciente y el animal.

Durante cada sesión, al paciente se le deja acariciar al animal, y a veces jugar con el perro o el gato, las actividades ayudan a levantar el estado de ánimo, mientras que también promueven la recuperación de las habilidades motoras. Los pacientes a menudo se animan a hablar con los animales durante las visitas, una actividad que también puede ayudar en la recuperación de accidentes cerebro-vasculares u otras condiciones que han afectado negativamente a la capacidad del habla. El resultado final es que los pacientes se ven con ganas de pasar tiempo con los animales, lo que de otro modo podría ser sólo otro día de estar enfermo,  y el animal se convierte en algo bienvenido y esperado.

Otros animales también se utilizan en diferentes tipos de terapia asistida por animales. Los caballos son a veces útiles para ayudar a las personas que han sufrido algún tipo de trastorno mental pues, las tareas de cepillado, caminar, o incluso la monta del caballo suele producir efectos positivos para el paciente.

Los hámsteres, peces y otros animales pequeños también pueden producir reacciones emocionales positivas al tiempo que ayudan a sacar a la persona fuera de su concha, allanando el camino para la reconstrucción de las relaciones personales con los demás. Los delfines también pueden ser ideales para su inclusión como parte de las terapias a base de agua, que ayudan a mejorar las habilidades motoras, construir fortaleza y ​​ayudar a restaurar la confianza perdida debido a algún tipo de trauma emocional o físico.

Durante la terapia asistida por animales un gran número de beneficios para la salud tienen lugar, junto con el evidente aumento de la capacidad para moverse con más libertad y control, y la reducción de la depresión y otros problemas mentales. La interacción con los animales también puede ayudar a bajar los niveles de presión arterial, que a su vez disminuye las posibilidades de accidentes cerebro-vasculares y ataques cardíacos. Aunque todavía se considera algo poco ortodoxo y controversial en algunos círculos, la terapia asistida con animales sigue ganando el apoyo de la comunidad médica, y los beneficios de este tipo de terapia se ponen de manifiesto en una amplia gama de situaciones.